Nuestro descanso y relajación son imprescindibles cuando hablamos de dormir, pues es una actividad a la que debemos dedicar un mínimo de 8 horas y que de ella dependen, no sólo nuestra vitalidad y energía diaria, sino también la estabilidad y salud de nuestro cuerpo a lo largo de nuestra vida.
Por tanto, elegir la almohada, el colchón o el somier en el que reposará nuestra cama, es una difícil tesitura en la que debemos tener varios factores en cuenta, no sólo el precio o la confianza que pueda reportarnos cierta marca.
En el caso de las almohadas (dedicaremos entradas similares a otros elementos intervinientes en nuestro descanso) hay ciertos aspectos que conviene que estudiemos antes de comprar el producto, buscando las características que mejor se adapten a nuestro cuerpo, condiciones físicas y personalizar al máximo nuestra elección.
Vamos a intentar recopilar todos los parámetros a tener en cuenta a la hora de seleccionar la almohada perfecta para nuestro caso particular:
– Dolencias y enfermedades: No es que debáis haceros un análisis clínico, pero casi. Si tenemos dolencias de espalda o huesos, problemas de cervicales o migrañas, tendremos que elegir nuestra almohada teniendo en cuenta nuestro estado de salud. La firmeza o el grosor del producto que compremos pueden afectar negativamente a esas enfermedades.
– Alergias: Dentro de las enfermedades a tener en cuenta, tal vez las alergias sean de las más importantes. Hoy en día es posible compensar esta afección buscando almohadas anti ácaros y con bactericidas. Eso sí, tener en cuenta también el material de composición. Podéis ser alérgicos al látex por ejemplo y eso debéis controlarlo previamente.
– Peso y constitución: Puede parecer un factor de importancia menor, pero en realidad afecta igual que en la elección del colchón. Si somos corpulentos, debemos adquirir una almohada más firme, que contrarreste nuestro peso. Por contra, si somos delgados, convendrá que usemos un modelo más fino y blando.
– Posición al dormir: Es importante tener este detalle en cuenta, pues el cuello debe respetar una postura cómoda para dormir y según coloquemos el cuerpo, la almohada repercutirá en que tengamos una posición natural.
· De lado: Tal vez la más adecuada, pues permite quela columna se mantenga en una óptima posición recta. Si dormimos así habitualmente, una almohada firme, de tipología dura nos permitirá compensar nuestro peso y mantener esa postura recta, por regla general en base a almohadas de látex o fibra de relleno rígido.
· Boca abajo: Se considera la menos recomendable por la posición de la columna, pero es difícil luchar contra nuestras manías por lo que lo aconsejable sería usar una almohada más fina y blanda, que no levante demasiado nuestro cuello y evite la rigidez. La fibra puede ser un buen material.
· Boca arriba: Nos interesa en este caso una dureza media, con firmeza para mantener el cuello en buena posición pero que se amolde a nuestra constitución y prácticamente nos «envuelva». Así evitaremos que el cuello se despierte rígido. El viscoelástico es el material que mejor se acopla a estas posturas, pues recoge y absorbe la forma de nuestro cuerpo.
– Dormimos en compañía? Es conveniente que tengamos en cuenta que nuestras necesidades pueden no ser las de nuestra pareja, por tanto sería adecuado utilizar dos almohadas, adaptadas a las características de cada uno. Por ejemplo, las almohadas viscoelásticas y de una firmeza media, os permitirán mantener la garganta abierta y el cuello inclinado. Eso aliviará vuestros ronquidos, sin embargo vuestro acompañante puede que necesite una almohada más ligera para evitar dolores de espalda.
– Material y composición: La elección del material también es un factor importante a tener en cuenta, según los parámetros anteriores, pues para cada situación convendrá elegir una composición u otra.
· Fibra: Las almohadas de fibra confieren un tacto suave y esponjoso a nuestro descanso. Son las que mejor integran recursos bactericidas y antialérgicos. Se pueden lavar y son más económicas. Por contra partida, es un material que resiste peor el paso del tiempo y la fibra se aplasta, además que conserva más gérmenes entre los tejidos.
· Látex: Este material es más duradero. Al ser transpirable resulta más ecológico e higiénico, además de que su firmeza aguanta mejor el paso del tiempo. Su adaptabilidad es buena, dada la flexibilidad de las almohadas de látex. Son más duraderas que el resto, por lo que se coste se economiza a pesar de tener precios altos.
· Viscoelástico: En este caso, absorción de peso es total, amoldándose perfectamente a nuestro cuerpo y siendo elección preferente en casos de problemas circulatorios o dolencias concretas de músculos y huesos. También alcanza grandes cotas de transpiración lo que confiere a las almohadas viscoelásticas un factor importante de higiene para el descanso. Potencian en este sentido funcionalidades paralelas como la termoregulación del ambiente, disminuir la presión sobre articulaciones, etc… La única pega, como siempre cuando buscamos calidad, el precio, pero esto no debe detenernos cuando buscamos la mejor adaptación a nuestras necesidades.
La idea no es gastar por gastar, ni buscar en el precio alto la mayor garantía de calidad, sino tener claro que salvo que seamos muy descuidados al dormir o que no tengamos ningún tipo de condicionante o dolencia que nos afecte al descanso, siempre será conveniente invertir con arreglo a nuestras necesidades físicas y de salud, ya que estamos hablando de un aspecto muy importante de nuestra comodidad.
Siempre es recomendable elegir otros elementos de nuestro mobiliario en los que ahorrar unos euros, antes que supeditar nuestro descanso a factores económicos. Además, hay que tener en cuenta también la vida útil de una almohada, puesto que en la mayoría de los casos y de los materiales, más de cinco años, suele ser suficiente tiempo, para que las propiedades de la composición elegida pierdan eficacia, con lo cual debemos asumir nuestras compras en descanso como una inversión en bienestar.
Para elegir una buena almohada hay que tener en cuenta muchos factores, primordialmente el material con el que esta hecha. Y pensar que su duración media es de cinco años.
Mi problema duermo con mi pareja y los dos tenemos una almohada de látex para ambos, y siempre hay problemas lo que hemos pensado es en coger dos individuales pero no sabemos si látex o visco-elástica. He visto Camobel una página online de internt que esta muy bien y tiene este tipo de almohadas que yo digo por si alguien tiene el mismo problema
Saludos